La presidenta de la Comisión Europea dijo que el pacto busca generar “oportunidades de negocios más equilibradas”, en medio de las preocupaciones sobre los derechos laborales y humanos violados por el régimen comunista
Los líderes de la Unión Europea y el presidente de China, Xi Jinping, aprobaron el miércoles un entendimiento de principio sobre un ambicioso acuerdo de inversiones que abriría el enorme mercado chino a las empresas de la UE, pese a las preocupaciones sobre los derechos laborales y humanos violados por el régimen comunista.
“Hoy, la UE y China concluyeron en principio las negociaciones sobre un acuerdo de inversión”, tuiteó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, después de una videollamada con Xi.
“La UE tiene el mercado único más grande del mundo. Estamos abiertos a los negocios, pero estamos apegados a la reciprocidad, la igualdad de condiciones y los valores”, escribió la jefa del ejecutivo europeo. “Para oportunidades comerciales y de negocios más equilibradas”, agregó.
La agencia estatal de noticias de China, Xinhua, confirmó que las dos partes habían “completado las negociaciones del acuerdo de inversión según lo programado”.
En la reunión virtual también han participado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, la canciller de Alemania, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
El acuerdo de inversiones entre ambos bloques, que se lleva negociando desde 2014, abriría la puerta a que las empresas europeas pudieran operar en el país asiático, eliminado trabas y limitaciones legales que han impedido que las compañías del Viejo Continente tengan el mismo acceso al mercado chino que las empresas chinas han tenido al mercado europeo.
Entre las limitaciones que eliminaría este acuerdo están las restricciones cuantitativas, que impiden que empresas extranjeras puedan operar libremente en China, por lo que necesitan un socio local para formar una ‘joint venture’.
En una nota oficial, Von der Leyen y el titular del Consejo europeo, Charles Michel, indicaron que por este acuerdo China se comprometió a “trabajar en dirección de la ratificación” de las normas internacionales relativas al trabajo forzado, un aspecto crítico de la negociación y que volvió de actualizad a raíz de la persecución de los uigures llevada a cabo por el régimen de Xi Jinping.El régimen de Xi Jinping es señalado por violar los derechos humanos y las normas laborales internacionales. (REUTERS/Denis Balibouse)
Según Von der Leyen y Michel, este acuerdo ofrecerá a las empresas europeas un acceso “sin precedentes” al marcado chino, y al mismo tiempo proporcionará “seguridad y predictibilidad” a esas empresas en sus operaciones.
Este entendimiento “une a las partes en relaciones de inversiones basadas en valores, apoyados en principios de desarrollo sostenible”, señaló la nota.
También “mejorará” el ámbito de la competencia para inversores europeos, al eliminar la transferencia forzada de tecnología y “otras prácticas distorsivas”, además de la “transparencia” en materia de subsidios.
“Este Acuerdo defenderá nuestros intereses y promoverá nuestros valores fundamentales”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, y agregó que el bloque colaborará con China “para proteger nuestro clima bajo el Acuerdo de París y promover el multilateralismo basado en reglas”.
La UE buscó durante años obtener un mayor acceso al enorme mercado interno chino, aunque las violaciones de Beijín en materia de derechos humanos y estándares laborales era un permanente obstáculo.
La UE afirma que el Acuerdo Amplio sobre Inversiones es el “más ambicioso” que se ha podido negociar hasta ahora con China.
De su lado, Xi dijo a la agencia de noticias Xinhua que el acuerdo proporcionará a inversores chinos y de la UE “un mayor acceso al mercado, elevados estándares en materia de ambiente de negocios, fuertes garantías institucionales, y brillantes perspectivas para la cooperación”.
En tanto, miembros del Parlamento Europeo ya expresaron en Bruselas su insatisfacción, alegando que el acuerdo apenas se limita a aceptar que China haga esfuerzos para ratificar normas laborales internacionales.