Hong Kong, 30 dic (EFE).- Un tribunal chino condenó hoy a entre 7 meses y 3 años de cárcel a 10 hongkoneses por cruce ilegal de fronteras cuando intentaban huir desde Hong Kong a Taiwán el pasado mes de agosto.
Los otros dos miembros del grupo, menores de edad, aceptaron sus cargos en una vista a puerta cerrada y fueron entregados a la Policía de Hong Kong en torno a las 11.30 hora local (03.30 GMT).
Se trata de la primera vez que un tribunal de la China continental -en este caso, el Tribunal Popular del Distrito de Yantian, en la suroriental Shenzhen- juzga a activistas hongkoneses involucrados en las manifestaciones prodemocráticas acontecidas en la ciudad semiautónoma el pasado año.
Los organizadores de la huida, Tang Kai-yin, de 31 años, y Quinn Moon, de 33 y única mujer del grupo, fueron quienes se llevaron la peor parte: 3 y 2 años de cárcel, respectivamente, además de multas de 20.000 yuanes (3.065 dólares, 2.495 euros) para él y 15.000 (2.299 dólares, 1.871 euros) para ella.
Los otros ocho sentenciados, de entre 18 y 30 años, fueron condenados a 7 meses de prisión por el cruce ilegal de fronteras y deberán abonar 10.000 yuanes (1.532 dólares, 1.247 euros) cada uno.
Los diez condenados se habían declarado culpables en una vista celebrada este lunes.
DE VUELTA A HONG KONG
Esta mañana, antes de que se conociera la sentencia, varios medios locales revelaron que los dos menores del grupo -el vietnamita Hoang Lam Phuc, de 17 años, y el hongkonés Liu Sze-man, de 18 pero todavía menor de edad en el momento de la detención, en agosto- serían entregados a la Policía de Hong Kong.
La entrega se realizó en una comisaría de la zona fronteriza de Tin Shui Wai, junto a la cual se celebró una rueda de prensa en la que las autoridades indicaron que investigarían los casos mientras los jóvenes completan una cuarentena sanitaria de 14 días.
La Policía hongkonesa intentará después que sean trasladados a un centro de detención a la espera de un juicio por posesión de armas ofensivas y atacar con cócteles molotov (en el caso de Hoang) una comisaría en el céntrico distrito de Kowloon.
En el caso de los otros 10, la fuente indicó que abriría sus casos cuando cumplan sus penas en la China continental.
HUIDA EN LANCHA
Según el documento publicado por el tribunal de Shenzhen, Tang se encargó de comprar una lancha motora, ayudado por Quinn, y quedaron con los otros 10 jóvenes en una zona costera de los Nuevos Territorios de Hong Kong en las primeras horas del 23 de agosto.
Una vez en la lancha, Tang dirigió el vehículo rumbo a Taiwán, pero en torno a las 08.00 de ese día (medianoche GMT), los guardacostas de la provincia suroriental china de Cantón les interceptaron y les pusieron bajo custodia en Shenzhen.
El 30 de septiembre se procedió a su arresto formal.
Durante los 130 días que permanecieron bajo custodia en la China continental, ninguno de los 12 pudo ponerse en contacto con sus familias o representantes legales de su elección, y los abogados contratados por las familias habrían rechazado encargarse del caso tras haber recibido amenazas por parte de las autoridades chinas.
UN PROCESO BAJO SOSPECHA
Asimismo, y a pesar de que el tribunal anunció que el juicio era en audiencia pública, varios periodistas, familiares y diplomáticos extranjeros no pudieron acceder.
Para la organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional, «estas sentencias emitidas tras un juicio injusto dejan claros los peligros a los que se enfrenta cualquiera que sea juzgado por el sistema penal chino».
«Este grupo de jóvenes hongkoneses -agregó la directora regional de la ONG para Asia-Pacífico, Yamini Mishra- corre riesgo de ser torturado y recibir malos tratos en las cárceles chinas».
Por su parte, la Unión Europea pidió este martes «la liberación inmediata de los 12 individuos y su regreso a Hong Kong» y consideró que no estaban siendo juzgados de manera acorde ni a las leyes internacionales ni a las propias leyes chinas.
TAIWÁN, EXILIO HABITUAL
Taiwán es uno de los destinos predilectos de activistas y disidentes chinos -y ahora también, hongkoneses- para refugiarse de posibles represalias por parte de las autoridades chinas.
Desde el pasado 30 de junio, momento de entrada en vigor de la polémica ley de seguridad nacional que Pekín impuso en Hong Kong -y que contempla penas de hasta cadena perpetua para supuestos de «secesión» o «confabulación con fuerzas extranjeras», entre otros-, se han sucedido numerosas redadas policiales y detenciones de varios destacados activistas hongkoneses.
Algunos de ellos, al igual que intentaron los condenados, han optado por el exilio para tratar de evitar represalias por actividades que, bajo la nueva legislación, podrían ser constitutivas de delito.