
La licencia de vuelo dura más, pero los pilotos se especializan en volar un determinado tipo de avión y cada año tienen que aprobar esta habilitación.
Por otro lado, las aerolíneas suelen realizar entrenamientos cada seis meses para que se enfrenten a situaciones a las que normalmente no se enfrentan (fallos de motor o de sistema, por ejemplo).
«Así estamos familiarizados y entrenados para enfrentarnos a cualquier situación crítica que pueda ocurrir en el avión, aunque sea la primera vez que nos pase de manera real».