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Santo Domingo.- A partir del auge de la profesión de locutor y la institución formal de los exámenes para aspirantes a locutores; surgieron las primeras escuelas de locución donde jóvenes de la época se interesaron por adquirir los conocimientos y las técnicas oportunas para elevar la calidad oral por medio del uso del micrófono en las principales radioemisoras, que, servían como proyección y empuje laboral. Los más destacados lograron buenos contratos como voces comerciales y noticiosas.
El objetivo inicial de estas escuelas precursoras de la oralidad para 1950, era formar a los aspirantes a locutores para insertarlos al sistema locutoril y radiofónico nacional, que presentó déficit de talentos preparados entre las décadas de los 50’s y 60’s, y que por sus aulas desfilaron muchos jóvenes con aptitudes finalizando 1960 e inicios de los años 70, como explicó en su bibliografía ‘Historia de la Locución Dominicana’ del laureado locutor dominicano Rubén Darío Aponte Mendoza, quien se graduó de locutor el 5 de noviembre de 1971.
Las escuelas que capacitaron a interesados en el arte del “buen decir” fueron la Escuela de Locución Héctor J. Díaz, única en certificar y aprobar a los primeros siete locutores que finalizaron el curso de Locución ubicada en el edificio de ‘La Voz Dominicana’, primera planta televisora en promover el talento de comunicadores, comediantes, bailarines, actores y cantantes dominicanos.
Asimismo, surgieron tres escuelas más entre las que figuraron la Academia Comercial Duarte, la Escuela Nacional de Locución, fundada por Otto Rivera con su principal maestro, Juan Nova Ramírez; ubicada en el sector de San Miguel y el Instituto Profesional de Periodismo y Locución en Santiago de los Caballeros, fundado por el locutor René Omar Montes de Oca, el 8 de septiembre de 1968.

Luego, Otto Rivera fundaría su escuela que lleva su nombre hasta la actualidad y que tras su deceso ha sido administrada y representada por su Vda. Marisol Argentina Pérez Castillo.
Antecedentes
Escuela de Locución Héctor J. Díaz
Después del súbito fallecimiento del locutor Héctor J. Díaz en Nueva York, el espectáculo y la vida debieron continuar, y en ese tenor, llegado el año 1951, fue fundada la Escuela para Locutores en honor al extinto locutor, a propósito de la celebración de la Semana Aniversario que se iniciaba el 29 de julio y finalizaba el 4 de agosto y dentro de ese auge con todo el esplendor fue inaugurado el ‘Night Club’ de ‘La Voz Dominicana’; en ese diciembre como un homenaje póstumo se inició el primer curso para locutores en la Escuela de Locución Héctor J. Díaz.
Luis E. Henríquez Castillo, desempeño como el primer director de la debutante escuela. Castillo fue director de la Voz del Yuna en Bonao. Asimismo, la Escuela de Locución Héctor J. Díaz fue convertida, prácticamente, en la universidad de la voz con un programa formativo donde los alumnos cursaban cultura general, impartida por profesores de vastedad profesional y reputación, experimentados en cada una de las materias que se ofrecían.
Los locutores que deseaban ingresar a ‘La Voz Dominicana’ debían cumplir algunos requisitos para ser aceptados como empleados de la planta; como asistir a la Escuela de Locución Héctor J. Díaz y cursar mínimamente, por tres meses Locución. Los actores que participan en la radio-teatro tenían igual obligación.

Clasificación de locutores
Los miembros del cuerpo de locutores se clasificaban en las categorías “A”, “B” y “C”. Inmediatamente, eran contratados por la empresa, ingresaban en el grupo “C” y empezaban a devengar un salario de 75 pesos mensuales, mientras que, el grupo “B” percibía un salario de 100 pesos mensuales y los del “A” cobraban al mes, 150 pesos.
En sus inicios la escuela había considerado ofrecer el examen de locución cada año, ciertamente, los exámenes solo fueron impartidos en (1952-1953), también, quienes superaron las pruebas recibieron un “Certificado de Suficiencia” firmado por las autoridades de la escuela.
Su primera y única graduación se produjo el primero de agosto de 1956, con motivo de celebrase la decimocuarta ‘Semana Aniversario’ donde se entregaron siete certificados enumerados y ordenados por el nombre y la calificación obtenida. Estaban firmados, en ese entonces, por el director don Pedro René Contín Aybar y por el presidente fundador de la empresa, teniente general José Arismendi (Petán) Trujillo Molina.
Solo siete estudiantes completaron el curso de Locución en la primera etapa de la escuela siendo todos elevados a la categoría “A”, y fueron: María Cristina Camilo, actualmente, posee el carnet #10; primera mujer dominicana carnetizada del país; Guillermo Peña Frómeta, Juan Altagracia Bruno Pimentel, Efraín Báez Aguiar, José Antonio Núñez Fernández, Rafael Leónidas Cuello Batista y Manuel Antonio Rodríguez (Rodriguito).
Entre los años 1951 y 1959, desfilaron en la prestigiosa escuela otros locutores que destacaron por sus talentos como profesionales de la “palabra hablada” como: Joaquín Jiménez Maxwell, Pedro Muñoz, Pedro Pérez Vargas, Juan de Dios Ventura (Johnny Ventura), José Francisco Peña Gómez. Monina Solá, Simón Alfonso Pemberton, José Cantizano, Lilín Díaz y Vicente Lora Quezada.

De sus profesores que impartieron cátedras hasta 1961, se recuerdan a: Luis E. Henriquez Castillo, Fabio Mota Medrano, profesor de Historia del Arte; Georgilio Mella Chavier, profesor de Historia y Geografía; René Contín Aybar, impartía Dicción e Improvisación, Cultura general y Biografía de grandes músicos, además, Crítico de Arte. Fue director de la escuela (1954-1961), entre muchos más.
También, en su programa formativo incluían materias sobre Historia de la Literatura Dominicana, Historia de la Cultura Dominicana; Fonética, Gramática, inglés, francés, Lengua Española, Locución Radial, Animación y Técnica Radial, Instrucción Moral y Cívica, todas las asignaturas con prácticas incluidas.
Academia Comercial Duarte
Igualmente, la Academia Comercial Duarte, que abrió sus puertas llegada la época de la segunda Intervención Norteamericana en 1965, a raíz del cierre de la Escuela de Locución Héctor J. Díaz que se produjo en 1963, y que llenó el vacío dejado por al anterior.
Se dedicó a formar un grupo de locutores que se iniciaban en esta ocupación donde se empezó a respirar libertad en la sociedad dominicana, narró Aponte Mendoza, en la página 203 del referido libro para consultar sobre datos precisos de locución.
Con la capacitación actualizada a la sazón de ese tiempo, los nuevos locutores suplieron las necesidades en la radio dominicana, que creció vertiginosamente, y fue dirigida por el profesor Rodolfo Ignacio Nicolás (de origen inglés), ubicada en la calle Albert Thomas, entre los barrios María Auxiliadora y el ensanche Luperón.
En su esencia era una escuela de estudios comerciales donde se impartían cursos de mecanografía, taquigrafía, contabilidad y locución, siendo la primera escuela en esta área que se conoce en la capital.

Para 1970, los locutores formados en la institución académica se convertirían en populares animadores radiales. Resaltaron locutores de la talla y calidad de Claudio Toribio, Joseph Peña, Alci de la Rosa, Henry Familia, Pablo Jerez, Luisa Martínez, Domingo Bretón y Raffy Miliano fueron el excelente resultado de las enseñanzas recibidas allí.
Las clases eran impartidas los domingos y en su aula principal, contaba con una pequeña cabina radial, para prácticas, a la que le llamaban “Radio RIN” (iniciales del nombre del fundador), donde cada aspirante a locutor tomaba su turno para practicar. Otros locutores egresados de sus aulas fueron Freddy Torres, Manuel Pichirilo, Enelio de la Cruz, Tony Casimiro, Donnelly T orres, Alejandro Sánchez, el (feo nuclear); Pedro Beltré Beltré, entre otros.
Además, la Escuela Nacional de Locución surgió como un Instituto Técnico vocacional en 1961, como todos los institutos de la época impartía cursos secretariales como la mecanografía y taquigrafía, ventas y relaciones humanas, cooperativismo. Para 1965, el Profesor Otto Rivera decide crear una escuela para locutores que llenara las expectativas y requisitos necesarios, que, además cumplieran con las exigencias curriculares para formar a los hombres del micrófono. Instituto de Periodismo y Locución fue la escuela de Locución más antigua del país.
Fundación Escuela Nacional de Locución Profesor Otto Rivera
El primero de noviembre de 1965, fue creada la Escuela Nacional de Locución Profesor Otto Rivera, institución educativa dedicada a la enseñanza de la locución en República Dominicana, con el objetivo de elevar el nivel cultural, las técnicas para ser buen orador y poseer dominio escénico y de los públicos.

El Profesor Rivera era oriundo de San Pedro de Macorís, muy diestro en la comunicación, sin embargo, su gran amor como vocación fue ser locutor. Su escuela fue la primera academia privada dedica al buen decir en el país. Quienes le conocieron admiraban su verbo y estilo que por hoy es recordado por sus amigos, familiares, colegas y allegados.
Igualmente, fue experto en la oratoria, la improvisación, la modulación de la voz y la maestría de ceremonias, siempre con la base de las buenas relaciones humanas. Entre sus cualidades destacaron el carisma, la alegría y la eticidad. De su principal aporte que, fue abrir las puertas de su escuela se graduaron innumerables alumnos que hoy representan la institución en cada plataforma, escenario o compromiso laboral asumido. Los alumnos se convierten en talento para radio y televisión.
En síntesis, la Escuela Nacional de Locución Profesor Otto Rivera es una marca-país que traspasa la frontera del tiempo y recibe a las nuevas generaciones con mayor entusiasmo. Entre su filosofía académica prevalece moldear el perfil del comunicador dominicano y expandir ese molde a todo Hispanoamérica; además, de homenajear constantemente, en sus casi 50 años la labor educadora y cultural de su fundador, un legado encomiable que no expira.
En la actualidad, el cuerpo docente lo componen destacados locutores dominicanos Alexis Muñoz, Carlos Cepeda Suriel, Adriano de la Cruz, Luis Soto, William Mercedes, Carlos Pérez, Marciel Martínez, José Manuel Rodríguez y José Luis García.
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