«Mientras mejor sea la calidad de la información que recibimos y transmitimos a todos los que nos rodean, de integración y de paz, de solidaridad; más baja la ansiedad también”.
Luis Vergés, experto en conducta humana.
Ansiedad, pánico e incertidumbre son algunas de las emociones que, actualmente, la humanidad expresa frente a la invasión intempestiva del Coronavirus. Asimismo, el confinamiento perentorio de miles de familias en República Dominicana ha provocado desconcierto, desesperación y hasta rechazo al encierro doméstico y, por qué no, desacato al toque de queda pautado desde las 8:00 de la noche hasta la 6:00 de la mañana.
El coronavirus ha sido considerado más que una pandemia, una crisis sanitaria generalizada o global que ha alterado la actividad socioeconómica, política y humana por convertirse en un secuestrador de la normalidad, cotidianidad y de la paz mundial. Un ojo visor que apuntó a la salud universal y sin invitación alguna, llegó más bien, no para quedarse, sino para liquidarse recursos humanos, de manera catastrófica, violenta y despiadada.
Para tales fines, el psicólogo, Luis Vergés; alentó que el manejo y abordaje de los datos e informaciones es relevante para combatir desordenes y trastornos producidos por el Coronavirus. “Si seguimos una nueva orientación y asistencia del Estado y poniendo buena actitud de colaboración, la ansiedad baja. Mientras mejor sea la calidad de la información que recibimos y transmitimos a todos los que nos rodean, de integración y de paz, de solidaridad; más baja la ansiedad también”.
En ese orden, los datos fueron suministrados vía telefónica en el programa El Día del periodista Huchi Lora, donde el reputado psicólogo señaló algunos desórdenes en el ánimo de las personas confinadas, quienes manifiestan casi un desarraigo obligado e inoportuno para quienes están acostumbrados al colectivismo, la socialización y la interacción a todo tiempo, propio del clima cálido que emerge del Caribe. “Toda crisis trae de entrada un desorden a nivel emocional”.
Luis Vergés, director del Centro Conductual para Hombres, psicólogo.
“Sobre todo los trastornos ligados a la ansiedad, concretamente, el ‘ataque de pánico’ y otras manifestaciones de descontrol que se expresan muchas veces en conductas abusivas, otras con consumo exagerado de alcohol y algunas manifestaciones depresivas que son también muy delicadas y que nosotros debemos prestarles especial atención”, advirtió.
Vergés agregó que: “A nivel familiar es importante saber cuál ha sido la historia de los temas no resueltos, pues, donde la familia se encierra con esos temas sin resolver y estos juntos con la crisis se convierten en detonantes y que a veces no pueden controlar”.
“Ahora hay que tomar en cuenta dos situaciones. Primero, que la gente no se vaya adentro de la casa con una actitud de encierro, como si estuviéramos atrapados en una especie de cuartel, y eso, nos predispones. Entender que no es lo que deseamos, pero, estando allí estamos haciendo una inversión en materia de prevención para la salud y fortalecer una entidad, que de alguna manera ha estado debilitada”, indicó el psicólogo.
El profesional de la salud mental anunció que: “Un grupo de más de 100 psicólogos nos hemos puesto al servicio para dar asistencia psicológica vial telefónica. Las personas pueden llamar a *462 y ahí se les asigna un psicólogo que, gratuitamente, dará orientaciones sobre cómo manejar su situación en la dinámica familiar. Es un esfuerzo voluntario de los profesionales de la salud mental y cada día se siguen sumando para apalear esto”.
Sobre un manejo positivo y productivo de la ansiedad el experto dijo que: “La primera manera de tratarlo positivamente es lo que pensamos como si fuera un castigo, una desgracia, que esto es una tragedia y no la vamos a manejar bien. Pensemos que nos quedamos en casa para protegernos y proteger a otros, y que estamos aprovechando esa oportunidad para ver cuáles son los aspectos que debemos mejorar, la ansiedad baja”.
Recordar que, la ansiedad es el resultado de la percepción de un peligro fantasmático inconsciente. Es decir, que se puede estar ansioso en situaciones sociales en las que no hay ningún peligro real o la realidad supera las respuestas e impera la incertidumbre. Mientras que, el miedo responde a un resultado o situación conocida y se percibe como peligroso.