El coronavirus y las restricciones que generó están llevando al límite a comunidades que ya pasaban hambre y provocarán la muerte de unos 10.000 niños más al mes debido a que las granjas han quedado aisladas de los mercados y los poblados dejaron de recibir ayuda alimentaria y médica, advirtió la ONU.
En un llamado a actuar compartido con The Associated Press antes de su publicación, cuatro agencias de las Naciones Unidas advirtieron el lunes que la creciente desnutrición tendrá consecuencias a largo plazo, transformando tragedias individuales en una catástrofe generacional.