El locutor, profesional de la ‘palabra hablada’ que por medio de su voz: instrumento matriz, arraigado en el sistema fonador humano, ha sido participe y coautor de tantos momentos históricos de República Dominicana y del mundo. Un ser humano que por vocación y servicio social, se anquilosó por décadas a salarios ínfimos y condiciones de vidas con limitaciones. Empero, su rugir por medio del micrófono para defender, proteger y representar a su gremio; sigue perenne, no ha mermado.
Es la esencia constitutiva y natural de la formación y legalización del Circulo de Locutores Dominicanos (CLD), desde su origen, cuando inquietos expertos del ‘buen decir’, en medio de varios periodos traumáticos de la historia dominicana como la Ocupación Norteamericana, en sus tres oportunidades; El Golpe de Estado al Profesor Juan Bosch, El Movimiento 14 de Junio, la inauguración de La Voz Dominicana, luego la Dictadura de Trujillo y Los Doce Años de Balaguer, se honraron con asiento en primera fila para difundirlos y cohesionarse con la patria.
El hombre en sociedad, en su afán de organizarse, ayudarse, solicitarse y emprender necesita del equipo, de agruparse o asociarse. Y en ese sentido, los profesionales de cualquier área de las humanidades se sienten compelidos en agremiarse con la sabia intención de planificar, eficientizar, garantizar, aportar y vigilar cada acción ejecutada en aras de fortalecer y fomentar el apoyo entre cada miembro de la aglomeración legalizada de locutores.
Antecedentes (la chispa)
Con el objetivo de mantener un contacto permanente con los profesionales del micrófono; cinco locutores acordaron reunirse con frecuencia para crear la asociación que agruparía a los trabajadores de la palabra hablada, igualmente, que pudieran compartir, intercambiar ideas y defender sus intereses comunes.
Esos cinco locutores pioneros del Círculo de Locutores Dominicanos (CLD), fueron J.A Bruno Pimentel, Rafael Martínez Gallardo, Mario Báez Asunción, Ercilio Veloz Burgos y Pedro María Santana en fecha desconocida y que solo esos pioneros del ‘buen decir’ con su entrega y filantropía social conservaron en sus imaginarios éticos y personales. Ha valido más los primeros pasos, que el día plasmaron esos recuerdos.
Sin embargo, la intencionalidad principal en reunirse nuevamente, era trazar los planes para lograr la unidad de los locutores del país, y luego de ese primer encuentro, se efectuó una segunda reunión pero, con matiz de formalidad a la que asistieron Bruno Pimentel, Rafael Martínez Gallardo, Rafael del Carmen Gómez Acevedo, Homero Atila León Díaz, Ercilio Veloz Burgos, Héctor “Papi” Quezada, René Martínez Puig y Hugo Adames, en el legendario Bar Napolitano.
Fundación del CLD (primeros pasos)
Los datos fueron suministrados por el escritor y locutor dominicano, Rubén Darío Aponte Mendoza, quien explicó que: “Las reuniones continuaron con más entusiasmo, y cada vez asistía un mayor número de locutores, lo que aumentaba la pasión de los promotores”, en su enciclopedia La Historia de la Locución Dominicana.
Conjuntamente, en una nueva convocatoria, fijada para la noche del 17 de julio del 1972, considerada como “memorable”, 40 locutores (que pasaron a ser miembros fundadores), asistieron a la terraza del Bar Napolitano, quedando constituido ese día el CLD, y registrándose en una lista por orden de llegada.
Fue encabezada por J.A. Bruno Pimentel, Rafael Gómez Acevedo, Ramón Rivera Batista, Mario Báez Asunción, Héctor “Papi” Quezada, Homero Atila León Díaz, Héctor Luis Montás, Hilda Colón, Ruddy Grullón y Rafael Martínez Gallardo.
Nuevos miembros (fundadores)
A seguidas, se incorporaron en la fundación, Moisés García Faña, Julio Pacheco, Freddy Mondesí, Oscar Iglesias, Luis Armando Asunción, Jaime López Brache, Rafael Cuello Batista, Pedro Muñoz Batista, Enriquillo Gautreaux, Luis Alfredo Morales, Frank Adolfo, David Zilberberg Cepeda, Darío Aracena y Silvestre Ríos R., Carmen Alonso.
María Cristina Camilo y Buenaventura Bueno Torres.
También rubricaron su nombre, Fidencio Garris, Billy Berroa, Max Reynoso, Ercilio Veloz Burgos, Julio César Félix (Bubito), Negro Martínez, Luis Ramón Rodríguez, Lorenzo Hernández, Thelma Nurys Espinosa, Darío Estévez, Rafael Moya, Radhamés Aracena y Joaquín Jiménez Maxwell.
Junta de Elecciones
Posteriormente, el 21 de agosto, fue escogida una “junta de elecciones” que se encargaría de organizar el “primer certamen electoral” de la nueva organización. La referida junta quedó integrada por Ruddy Vásquez Rondón, presidente; Hilda Colón y Manuel Ruiz Bastardo, miembros. Este organismo tuvo como misión redactar el primer reglamento que regiría las elecciones.
En la reunión se decidió celebrar elecciones para elegir la directiva del CLD, y fijarlas para el 21 de septiembre para la celebración de las mismas, en ese año. Luego, celebradas en el Ateneo Dominicano ubicado en la Ciudad Colonial, resultando una directiva interina compuesta por J. A. Bruno Pimentel, presidente; Julio César Félix (Bubito), vicepresidente; René Martínez Puig, secretario general; Homero León Díaz, tesorero; y Héctor “Papi” Quezada; vocal.
De su lado, el doctor Enriquillo Gautreaux Sánchez, se convirtió en asesor legal del naciente CLD, encargándole legalizar las actividades de la agrupación locutoril y redactar los estatutos. Además, participaron en la redacción del reglamento los abogados Norma y Magali Santana, así como Darío Aracena, todos prestigiosos locutores y miembros fundadores de la institución.
Primer presidente del CLD
En marzo del 1973, justo a los seis meses de la fundación, asumió como primer presidente, Bruno Pimentel. De su lado, Rafael del Carmen Gómez Acevedo; fue el segundo presidente del CLD, en compañía de Hilda Colón, vicepresidenta; Osvaldo Lenderborg, secretario general; Mery Sánchez, secretaria de actas; y Homero Atila León Díaz (pionero de la Locución Dominicana y primer director de una emisora nacional), tesorero.
Del mismo modo, formaron parte de la directiva: Rafael Martínez Gallardo Napoleón Beras, ambos fungieron como primer y segundo vocal. Mientras que, la directiva de Gómez Acevedo, dirigió el CLD, por casi un año.
De esta manera, sus fundadores lograron conformar una verdadera entidad que agruparía a los hombres y mujeres del micrófono, profesión reconocida por la sociedad nacional e incorporada por el Estado dominicano, sobre todo, apoyada por los locutores, teniendo a esta institución como su genuina representación.
Fundan filiales provinciales.
La expansión del CLD, a nivel nacional no se hizo esperar, así pues, los colegas de los pueblos empezaron a formar filiales que con el paso de los meses, surgieron en Barahona, Nagua y San Juan de la Maguana.
Igualmente, crearon sus filial del CLD, los locutores de Santiago de los Caballeros, La Romana, Bonao, La Vega, Puerto Plata, San Pedro de Macorís y otros. En ese sentido, el CLD, fue creciendo, ganando prestigio y respeto por sus miembros y la sociedad en general.
Periódico El “Locutor”
Dirigido por el pionero, Homero Atila León Díaz; surgió el 18 de marzo de 1976, el primer periódico del CLD, órgano de difusión con periodicidad mensual en colaboración con José Rafael D’ Ovrille Jiménez. Sus publicaciones constaban de ocho páginas, considerado como el vocero de los locutores dominicanos.
Después de varias ediciones, el diario locutoril desapareció dejando a los locutores sin medio informativo. Seis meses más tarde, exactamente, del 1982, aparece la revista “El Locutor”, segundo órgano de información del CLD, cuyo primer ejemplar fue publicado bajo la dirección de Fernando Gómez, con un contenido que incluía editorial, cultura, literatura, historia, deportes, sociales, artículos y reportajes con presencia de locutores. “Kilo risas” y “Sal picando” dos entremeses de la revista.
Revista: rol del los locutores
En la revista tenían la oportunidad de escribir los miembros locutores y de los periodistas que eran, además, locutores. Tenía un director, administrador, encargado de circulación, un fotógrafo y varios publicistas. A partir de la segunda edición, asumió como director, el locutor, Johnny Rosario hasta la edición número diez.
A partir de la edición número 11, fue dirigida por un comité de la dirección encabezado por Johnny Rosario, presidente del CLD; Homero A. León Díaz, Negro Martínez y Pedro A. Báez. Don Homero, la dirigió hasta la edición número 34, cuando dejó de circular definitivamente.
Supresión del Art.12, A
Jóvenes locutores deseosos de ingresar a la entidad locutoril solicitaron a la directiva suprimir el Art. 12, A; por considerarlo discriminatorio, pues, contemplaba que: “serán miembros del CLD, los locutores que lleven diez o más años en el ejercicio de la profesión”. Los solicitantes manifestaron que les impedía el libre acceso a la agrupación.
“Y el Círculo aspira a que el hecho de pertenecer a el, sea de por sí una credencial de profesionalismo, moral y respeto”, cita publicada en el periódico el Locutor, fechado el 18 de mayo de 1976. Años más tarde fue modificado el Art. 12, A; mediante una asamblea celebrada el primero de febrero de 1983, durante la presidencia del locutor, George Rodríguez Dabas; (1982-1984).
Los estatutos del CLD 1975
Entre los estatutos o ley resaltan: el Art.12, de los Miembros del CLD; el Art.13, de los Derechos y Deberes de los Locutores; el Art.15, del Gobierno y la Organización; el Art.16, sobre elecciones, postulación, reelección y tiempo; el Art.17, del Deberes de los Directivos del CLD; Art.25, De las Elecciones y Cambio de Mando; el Art.26, De la Disciplina y Organización.
Los estatutos fueron aprobados en primera lectura, sin revisión ninguna, para ser enmendados por los miembros de la Junta Directiva que resulte electa el día 7 de abril del 1975. Sus miembros eran Rafael Gómez Acevedo, presidente; Julio César Félix, vicepresidente; Héctor “Papi” Quezada, tesorero; Luis Armando Asunción, primer vocal; y Héctor Luis Montás, segundo vocal. Con fecha de 17 de marzo del 1975.
Justamente, el primero de febrero de 1983, se constituyeron los segundos estatutos o una reformación sustentada y verificada bajo su nueva directa, donde Homero A. León Díaz, era miembro.
Datos interesantes
Congreso Internacional de Locutores
El primero de diciembre de ese mismo año, el CLD envió una delegación al Congreso Internacional de Locutores donde participaron 19 países, con la representación dominicana de Hugo Adames y Don Homero León Díaz.
Día Nacional del locutor
El 2 de abril de 1974, mediante decreto.No. 4476 del presidente Joaquín Balaguer Ricardo, se declaró el 18 de abril como Día Nacional del Locutor profesional, por celebrarse el 18 de abril del 1938, los primeros exámenes para aspirantes a locutores.
Ayuntamiento declara Paseo de los Locutores
El 19 de septiembre de 1973 la Sala Capitular del Ayuntamiento del Distrito Nacional designa la calle 4 del Quisqueya y la Julia como Paseo de los Locutores, en la gestión de Rafael Gómez Acevedo.
Panteón de los Locutores
En esa misma gestión de Rafael del C. Gómez Acevedo, se construyó el Panteón de los Locutores, ubicado en el cementerio Cristo Redentor, de Santo Domingo Oeste.
Institución sin fines de lucro
El 30 de septiembre de 1977 se incorpora al círculo de Locutores Dominicanos como institución sin fines de lucro.
Ideólogo del Micrófono de Oro
El Locutor José Rafael D’Orville Jiménez, fue el autor de la la Premiación oficial del Locutor dominicano: El Micrófono de Oro.
El Círculo de Locutores Dominicanos, administrativa y estatutariamente, opera cambios de directivas cada dos años, mediante un proceso abierto, plural y democrático de elecciones, que permite a sus miembros ejercer su derecho al voto.