Fahd Y. Jacobo Salado
Periodista
La mejor forma de conectar con los grupos de interés de una empresa u organización es aplicando una metodología de trabajo en donde podamos conectar las expectativas de estos con nuestras estrategias de relaciones públicas y mercadeo.
Mediante la implementación de un mapa de diálogo, podemos identificar cuáles son los grupos de intereses ligados a la empresa, la selección de los responsables del seguimiento de estos grupos, los temas que se van a dialogar con los diversos grupos y la construcción de objetivos específicos que tengan la cualidad de ser medibles, alcanzables, relevantes y temporales.
Es importante que podamos segmentar estos grupos de acuerdo con los aspectos económicos, sociales y medioambientales, en el que la empresa pueda incidir en las expectativas de los grupos de interés, logrando un beneficio mutuo.
A pesar de que contamos con un gran avance en materia tecnológica, debemos enfocarnos en la construcción de contenidos de valor y calidad de la comunicación. Lograr establecer vínculos de comunicación eficaces con ideas útiles, en un lenguaje comprensible por nuestra audiencia, transmitida a través de los medios que estén al alcance, provocando interés, evitando las interrupciones o prejuicios que interfieran el proceso.
Durante el proceso de diálogo con los grupos de intereses debemos tomar en cuenta la intencionalidad de la empresa y la percepción de los destinarios, basados en la experiencia y el momento, ya que las expectativas pueden variar según su entorno y lo que afecta al mismo.
Debemos conocer los diferentes niveles de comunicación que desarrollan estos grupos, lo que se quiere decir, lo que dice la empresa, lo que el otro oye, lo que los demás entienden y lo que el otro repite, tomando en cuenta que un receptor recibe un 60% de la información del emisor, interpretando un 50% aproximadamente.
Es importante destacar que hay un exceso de información en la actualidad, por lo que, debemos ser selectivos con la información que vamos a suministrar a los grupos de interés, que contengan un alto contenido de calidad e información de valor.
Con una adecuada selección del público objetivo, podemos evaluar previamente los efectos de retroalimentación, conociendo las reacciones y efectividad de los mensajes comunicados.
Para lograr conectar con estos grupos, debemos definir con la mayor exactitud las respuestas que queremos obtener, buscar los rasgos de la audiencia que se relacionan de alguna forma con el eje del mensaje, y que este tenga cualidades de simpleza, viendo al emisor como un objetivo imparcial. Por último, debemos conocer los distintos niveles para ubicar a los skakeholders, como el nivel prioritario, y principal que es el interno.