
Los medios de comunicación masivos fueron utilizados por Trujillo como mecanismos de alienación, persuasión y diseminación ideológica que tuvieron como eje prinicipal: pulir y lustrar la imagen del tirano y su Gobierno a nivel internacional. Se vendió como redentor y única esperanza del pueblo dominicano, según los datos compilados en la Historia Dominicana, reconstruida por historiadores y sociólogos.

Serie periodística: Sociología, Medios Masivos y la Cultura en la era de Trujillo. ‘Cronología’
Para tales fines, Trujillo necesitó amparar su estructura de dominación e imposición ideológica por medio de los canales que llegaran a las masas dando no solo soporte a sus ambiciones y codicias más impúdicas y ensortijadas, además, sintió la necesidad en todo momento de garantizar su estadía en el poder gubernamental y su reinado palaciego, vigilando todo documento o escrito publicado, todo contenido emitido por ondas hertzianas y noticias o comentarios editoriales distribuidos por los principales impresos de la época.
Y trayendo a colación a Noam Chomsky, lingüista y científico del idioma español y de la comunicación social, experto teórico estadounidense quien dijo que: “La manipulación mediática hace más daño que la “bomba atómica”, porque destruye los cerebros”. Fue ese mismo detonante que se agenció el dictador dominicano más temido de la historia nacional, incluso, superó con creces a Ulises Hereaux, Lilís.
Del mismo modo, podemos citar Joseph Goebbels, y su ingeniosa estrategia propagandística nazi conocido como el «enano y cojo diabólico» quien en su infancia sufrió complejos de inferioridad, lo que le frustra todavía más llevádole a odiar a todo el que se le pone por delante, incluyendo sus propios compatriotas, las mujeres, los comunistas, los judíos y los burgueses.
Goebbels, famoso por 11 prinicipios de la Propaganda Nazi expresó que: “¿Quién es este hombre? Mitad plebeyo, mitad Dios. ¿El Cristo verdadero o sólo San Juan?”. Este hombre lo tiene todo para ser Rey. El Tribuno de la plebe nato. El futuro Dictador”. Cuando Alemania invade Polonia en 1.939, Adolf Hitler era una figura mesiánica, un mito que dirigía el país envuelto en una aureola de divinidad. Y si Hitler era el Mesías, Goebbels era su profeta.

Los 11 principios de la Propaganda Nazi de Goebbels
Joseph Goebbels fue el padre de la propaganda nazi y responsable del Ministerio de Educación Popular y Propaganda, creado por Adolf Hitler a su llegada al poder en 1933. Goebbels había sido el director de la tarea comunicativa del Partido Nazi y el gran arquitecto del ascenso al poder. Una vez en el Gobierno y con las manos libres para monopolizar el aparato mediático estatal, Goebbels prohibió todas las publicaciones y medios de comunicación fuera de su control, y orquestó un sistema de consignas para ser transmitido mediante un poder centralizado del, cine, la radio, el teatro, la literatura y la prensa. Era también el encargado de promocionar o hacer públicos los avisos del gobierno.
1.- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.
2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
5.- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar.
La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”. Entonces, este undecálogo nazista fue acogido por Trujillo, al igual que, en su mayoría de los dictadores de Latino y Centro América. Alberto Fujimori, Augusto Pinochet, Zomoza, Fidel Castro Ruz, etc.
Llegó Trujillo

Para tales fines, Rafael Leónidas Trujillo Molina, emprendió su asunción al poder como una garantía de organizar y administrar el país después de sacar del Gobierno a Horacio Vásquez con artilugios y estocadas por la espalda, este último sin quererlo le aplanó el camino de la publicidad, la propaganda y de las relaciones públicas de la época con los inicios de la radiofonía y radiodifusión con la inauguración de la primera radioemisora oficial dominicana, HIX, en 1928.
Muy poco avanzó la industria radial en el decenio de los treinta, unos años básicamente de experimentos. La audiencia radiofónica, cada vez más creciente, mostraba un mayor interés por el nuevo medio. Solo una decena de estaciones irrumpieron el éter desde la República Dominicana en esa década, ya que dos hechos retrasaron la puesta en funcionamiento de otras. Por una parte, el ciclón San Zenón, que en septiembre de 1930 destruyó, totalmente, la capital del país; y por otra, la consolidación del régimen dictatorial de Trujillo que (se inició en ese mismo año) y del estricto control al que fueron sometidas todas actividades nacionales.
Datos oficiales señalan, que en 1935, se contaban en el país, además de la estatal HIX, 17 emisoras comerciales. Para la época la nación contaba con más de 3,000 aparatos receptores de radio particulares, celosamente registrados por las autoridades.
La radio dominicana y su impacto en la sociedad alienada
A final de 1927, existían en la ciudad de Santo Domingo varios propietarios de receptores de radio, que disfrutaban de las emisiones que se recibían del exterior. La inauguración de la primera estación oficial del país, la HIX, propiedad del Gobierno dominicano, se produjo en abril de 1928, con emisiones no regulares, que antes se publicaban en la prensa local, para que el público las esperara, y sintonizara.
Antes de cerrar el año 1928, el entusiasmo contagió a un grupo de jóvenes del Cibao, quienes, constituidos en un club, también pusieron en el aire una pequeña difusora, cuya fuente de energía era producida por una batería. Al igual que la de 1926, también fue de efímera existencia.
Primera escucha de radio (1919)
La primera noticia relativa a la radiodifusión en la República Dominicana se produce en 1919 en la ciudad de Santiago de los Caballeros, haciendo referencia a la escucha de estaciones radiodifusoras, mediante un receptor del profesor, Rafael M. Moscoso Puello.
A esa primera información, siguieron otras similares unos 5 años más tarde, cuando ya en la ciudad de Santo Domingo, era posible escuchar emisiones radiales desde Puerto Rico y los Estados Unidos, entre otros países.
1940
A pesar de que la radio comercial en la República Dominicana se inicia tímidamente en los años treinta y cuarenta, su avance y desarrollo fue muy lento y poco destacado, debido a que los receptores eran escasos, y costosos para el gran público.
Los avisos comerciales se emitían en vivo y la mayoría de las emisoras se mantenían, gracias al entusiasmo de sus propietarios. Casi era un asunto más cercano a la afición o el entretenimiento, que al negocio. No es extraño que por esto, varias estaciones ofrecieran música grabada sin ninguna publicidad, y otras desaparecían del aire sin aviso previo.
Todo ello explica, que durante los años cuarenta, la cifra de emisoras nacionales fuera aún muy escasa. Incluso en la capital del país, a mediados de la década, apenas se contaban 6 estaciones.
1950
Radio reprimida y comprometida (Inicios de la televisión)
Tampoco la década de los cincuenta, resultó ser muy esplendorosa para la radio dominicana, a causa del total control del régimen trujillista, que continuó en esos años. Con excepción de «La Voz Dominicana», propiedad de un hermano del dictador, considerada como la estación oficial, y que contaba con varios transmisores de AM y ondas cortas instalados en las principales ciudades. Esta planta, se inauguró el primero de agosto de 1952, el primer canal de la televisión nacional.

Para orgullo del país, “La Voz Dominicana”, se convirtió en un ejemplo continental, por su equipamiento, y las sonadas presentaciones artísticas que anualmente se organizaban para celebrar su famosa Semana Aniversario, por donde desfilaban las principales figuras artísticas del momento, de todo el continente.
Algunas otras estaciones privadas salieron al aire en esa década. También determinadas frecuencias fueron otorgadas, para bloquear señales de países vecinos, que desde algunas regiones del área de Caribe, transmitían programas anti trujillistas.
1960
Fin del tirano Trujillo
Década convulsa en la República Dominicana. Políticamente se inicia con el ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo, el 30 de mayo de 1961, y la posterior ola de inestabilidad que prosiguió a esto, incluida una revuelta civil en abril de 1965, que duró varios meses, y que desembocó en una intervención de la Fuerza Interamericana de Paz, y de la Organización de Estados Americanos (OEA).
En estos años y por vez primera en el país, se diseñan dinámicos programas informativos regulares, impulsados por los nuevos aires de libertad, y se fundan importantes estaciones en la capital y en las provincias. En la época, un sin número de estaciones irrumpió el éter dominicano. Es evidente que estos hechos, influyeron notablemente en la estructura y programación de la radiodifusión nacional.
En este punto, como nota al margen, y para facilitar la comprensión de lo que pudiese interpretarse, como una estrecha relación del país con los Estados Unidos, donde se incluye intercambios, tanto culturales como de comportamiento; es preciso que acotar, que debido a la inestabilidad vivida durante los primeros años 60, se produjo una importante migración de dominicanos a territorio norteamericano, generando a través de los años, varias generaciones de nacidos allí, los que han importado al país, algunas costumbres de esa sociedad, entre ellas, la música, y otras.
Dicho esto, y volviendo a nuestro tema. En el conflicto bélico de 1965, uno de los objetivos inmediatos de los bandos enfrentados, fue precisamente asegurar el control sobre la entonces Radio Santo Domingo, emisora oficial del gobierno. De este modo se ofrecía al público, la sensación de que, quien la mantenía en su poder, tenía la ventaja en las acciones de la guerra.
El 28 de abril de 1965, tropas del ejército estadounidense, como primer contingente de la Fuerza Interamericana de Paz, auspiciada por la OEA, desembarcaron en la República Dominicana, a fin de controlar la situación.
Pocos días después, inició sus operaciones en la capital una emisora estadounidense: la American Forces Radio Service (AFRS), emitiendo en inglés, y destinada a informar y entretener a los soldados de la ocupación
Radio y periódicos abrillantadores de la dictadura

La Voz del Yuna
Fue la primera radiodifusora de propiedad de la familia Trujillo, al servicio del Gobierno del tirano, pero, fundada por su hermano menor José Arismendi Trujillo (Petán), en el 1942 en la provincia Monseñor Nouel, municipio Bonao, reconocida por una potente señal radiodifusora donde su función informativa y publicitaria como arma de propangada Petán decidió en trasladarla hacia la Ciudad Trujillo en 1946, fue cuando surgió «La Voz Dominicana».
Para 1942, sale al aire la emisora HI8Z, en Radio Santiago, de la propiedad de Felipe Moscoso, ubicada en el primer Santiago de América, Santiago de los Caballeros. El 31 de marzo de 1945, se inauguró la emisora HI2A «La Voz de la Elección» fundada por Expedi Pou Saleta, pionero de la Locución Dominicana. Como parte de un engranaje de control, lisonjas y adulación para lustrar a la familia Trujillo, Petán; astutamente, usó el eslogan: «Ramfis, promesa fecunda».
Con las matrices de frecuencias en HI1U y HI2T cuyas transmisiones radiofónicas se iniciaron, definitivamente, el 19 de marzo de 1943. Mientras que, el 21 de febrero de ese mismo año sale al aire en San Cristóbal, la HI1R, propiedad del maestro Luis Alberti.
Más tarde fue instalado el transmisor HI3T, de onda larga, con una potencia de 500 vatios en la frecuencia de 1,040 kilociclos, según datos registrados y ofrecidos por el periodista, Francois Sévez del Rosario; en su bibliografía “Historia del Circuito Radial La Voz Dominicana” publicada en el 1950. Los permisos fueron otorgados a Petán el 23 de diciembre de 1942, para poner los equipos de radiodifusión al aire.
Un lema en madera
Su lema fue: “Al servicio del Progreso y de la Cultura en general”, “La Voz del Yuna” se inició en un edificio de madera, de dos plantas, localizado en la avenida doctor Pedro A. Columna esquina José Trujillo Valdéz, (antigua 16 de Agosto), donde los equipos de transmisión fueron instalados por el técnico Andrés Cordero Puello (don Pupo), quien años atrás había montado en la Capital su propia estación radial.
Radio Caribe

Dirigida por Euclides Gutiérrez Félix, Radio Caribe, contaba con un personal de más de 100 locutores, productores, periodistas, técnicos y asesores, fue inaugurada el 23 de julio de 1960 y destruida por una multitud el 7 de julio de 1961, luego del magnicidio del tirano Rafael Trujillo Molina.
Los periódicos
Al momento de su ingresó a la administración pública desde la sede palaciega en la avenida Dr. Delgado del sector Gazcue, del Distrito Nacional, fechado el 16 de agosto de 1930, citando a Filiberto Cruz, historiador y catedrático uasdiano en su libro «Historia del Periodismo Dominicano», registró que la prensa sirvió como herramienta de alienación, de perturbación o llanamente, orquestados para desorbitar y desequilibrar a los dominicanos, alterar los sentidos o estimular la pérdida de la personalidad e identidad colectiva.
Los periódicos que existían cuando Trujillo ascendió al poder eran El Nuevo Diario, Listín Diario, La Opinión y el Diario El Comercio, editados en Santo Domingo; El Diario y La Información, editados en Santiago y, El Diario de Macorís y El Boletín Mercantil, publicados e impresos en San Pedro de Macorís, la ‘Sultana del Este’, al igual que, La Vega, Moca y Puerto Plata conservan todavía el decoro de ser las pioneras en realizar diarismo o prensa local. En otras 15 ciudades se publicaban cerca de 40 “periodiquitos”.
Estos diarios existentes eran de propiedad privada y seguían la tradición de identificarse con una u otra tendencia política. Sin embargo, que bajo este nuevo mandato nadie imaginaria que la horda trujillista se armaría de artilugios y ocurrencias para hacer que la pluma y la voz de uno de los dictadores más temido y recordado de la historia de Latinoamérica, en todo momento, se hiciera sentir.
El único clamor y suficiente fulgor le valía al Jefe.
Como caídos del cielo le quedó la existencia de este engranaje editorial, que con audacia y tiempo terminarían al servicio de lisonjear y resplandecer a sus anchas a imagen del tirano, ocultar las verdades, maquillar sus pretensiones y desmentir los abusos y atropellos cometidos a diario por su pandilla de criminales inestable porque un mal día su aliado, podía resultar un peor contrario.

Nunca se sabía que baile le tocaría a un lacayo o mandadero. Aquí, no hubo que redactar, ni investigar muchos menos informar. Solo colocar las ideas que hilvanaba Trujillo Molina como único propietario, el imperioso tesorero, el entusiasta contador, el desconfiado administrador y el hegemónico contralor de “todo”.
Legado familiar
El Listín Diario, propiedad de la familia Pellerano, después que concluyó la Intervención Norteamericana, este medio impreso apoyó al régimen de Horacio Vásquez; y en los inicios de la dictadura denunció los primeros atropellos, después de las elecciones de 1930, sus locales fueron asaltados por miembros al servicio del Gobierno autoritario. Se convirtió en un opositor del régimen despótico trujillista.
La Opinión, de la familia Lepervanche, que se había inclinado por el Velazquismo; después apoyó a Trujillo en la campaña electoral del 1930. Mientras que, el Diario fue dirigido por el señor Emilio de Lemos, finalizó su diarismo al servicio del tirano.
La Información, histórico medio de Santiago de los Caballeros, perteneció a la familia Franco, defendió hasta el final ardientemente, al Movimiento Cívico del 23 de Febrero, trató de mantenerse independiente frente al Trujillato.
El Foro Público

Apología para Trujillo
Esta fue una vía de comunicación infranqueable o mecanismo de manipulación, control y advertencia sobre los opositores, también, una plataforma de chusma para el chisme y las divulgaciones de mal sabor. Sirvió de antelación a sucesos.
Los medios de comunicación fueron la plataforma para la apología hacia la persona ególatra, megalómana y controladora que personificó Trujillo a todo tiempo.
Esa necesidad de reconocimiento, homenaje, de presencia constante con estribos en la omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia hicieron de sus treinta de Gobierno represivo, criminal y abusador, una sentencia para quien humano o ciudadano del mundo se inmiscuyera en sus asuntos con ánimos de conspiración, de contrariedad o de una marcada disensión.
Portador de un perfil psicopatológico visto por especialistas que a lo angosto de sus tres décadas como presidente de la República Dominicana dio mucha tela para cortar, porque vertió todo su ingenio, saña e inspección para lustrar la satrapía disfrazándola de bonhomía, redención y facsimilares intenciones enlazadas a actos divinos, benevolentes y solidarios, usando todos los mecanismos posibles para consagrar a diario su voz, sus decisiones e intenciones con un “supuesto” sello colectivo de aprobación.
Indispensablemente, brillar, pulir o acicalar su imagen, tanto en el solar, como en las esferas y cortes internacionales, dispuso de medios o canales de difusión, comunicación e información al servicio de su sistema de Gobierno despótico, que, se debatió entre el escarnio inmerecido o cruel de enemigos políticos, de pensadores o idealistas que no se correspondían a sus intereses ni decisiones. Del aniquilamiento a todo vapor de cualquier piedra de atasco o de tropiezo.
Único en todo. Único, el Jefe, dueño y absoluto administrador hasta del aire que respiraban los dominicanos. Les pertenecía las ideas, los sueños, los pensamientos, los sentimientos, excepto las penas y culpas que eran comulgadas con Dios cuando llegaba algún donativo o fondo caritativo hacia la iglesia, donde también su brazo inmisericorde tuvo espacio en aquel episodio histórico con la firma del Concordato.
Continúe leyendo la tercera entrega Radio Caribe, su incidencia mediática en la tirania y sus últimos días al momento del ajusticiamiento del tirano. #Portazona.do
Fuentes: Roberto Cassá, Juan Daniel Balcácer, Filiberto de la Cruz, Rubén Darío Aponte Mendoza, Bernardo Vega, Victor Grimaldi, Juan Bosch, testimonios de fuentes vivas, descendientes y sobrevivientes.
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Reportaje en desarollo…