El gobierno de Túnez degradó este miércoles la categoría de España y la colocó en el color naranja de riesgo de contagio por coronavirus, lo que en la práctica se concreta en cuarentena obligatoria de quince días y exámenes PCR obligatorios a todos los viajeros.
La nueva directiva, difundida por la agencia de control de enfermedades contagiosas, especifica que todo viajero procedente de España, llegue en viaje directo o con escala, deberá presentar una prueba PCR negativa realizada con un máximo de 120 horas de antelación e informar a las autoridades del lugar en el que va a pasar la cuarentena.
La cuarentena podrá pasarse en el propio domicilio, en el caso de los tunecinos o los residentes extranjeros en el país, o en un hotel o centro de internamiento designado por las autoridades sanitarias, en el caso de los turistas o viajes de trabajo.
Los viajeros tendrán la opción de reducir la cuarentena a una sola semana si aceptan realizar un test PCR en el país, donde su precio es un tercio al que se exige en España.
Uno de los países con menos casos
Túnez es uno de los países de África con menos contagios -oficialmente 1.468 infectados y 50 muertos- pese a que las medidas de higiene, la distancia social y la mascarilla apenas se respetan.
Las autoridades achacan esta excepción frente a sus vecinos -muy afectados por la pandemia- a la menor población en el país, a la reacción rápida del Gobierno, que cerró enseguida y durante más de tres meses y medio las fronteras, y a la falta de contacto con el exterior, ya que pese a ser una nación muy turística tiene poco movimiento de viajeros.
La decisión de degradar a España y a otros países europeos que se encontraban en verde -sin restricciones de entrada- coincidió este miércoles con el anuncio de un posible cierre del aeropuerto de la capital en respuesta a un brote que ha contagiado a siete trabajadores y que las autoridades relación con un caso importado, como todos los que se han detectado en las últimas tres semanas.