¿Se está produciendo la militarización del espacio aéreo estadounidense a base de aparatos aéreos no tripulados? Hasta octubre, al parecer, la Administración Federal de Aviación (en sus siglas en inglés, FAA) había emitido 285 certificados que autorizan a 85 usuarios y 82 tipos de aviones no tripulados.
La FAA se ha negado a decir quiénes obtuvieron los permisos, pero hace más de un año se calculaba que el 35% estaba en manos del Pentágono, el 11% de la NASA y el 5% del Departamento de Seguridad Interior (Department of Homeland Security, DHS). Y están aumentando.
El servicio estadounidense de Aduanas y Protección de Fronteras (Customs and Border Protection, CBP) ya maneja ocho aviones Predator. Ante las presiones del grupo de sistemas no tripulados del Congreso –en efecto, ya existe un lobby con 50 miembros que presiona para que haya más drones-, en otoño se enviaron dos Predators más a Texas, aunque un funcionario del DHS advirtió: “Nosotros no los habíamos pedido”.
En junio del año pasado, un drone destinado a patrullar la frontera entre Estados Unidos y Canadá ayudó a localizar a tres sospechosos de robo de ganado en Dakota del Norte; fue la primera ocasión comprobada en la que un avión no tripulado sirvió para detener a ciudadanos de EE UU.