El primer ministro libanés, Hasan Diab, prometió que los responsables de la gran explosión que sacudió Beirut y que ha causado al menos 50 muertos y 2.750 heridos, además de importantes daños materiales, van a «pagar el precio».
En un breve discurso televisado, Diab afirmó que «esta catástrofe no pasará sin responsabilidades» y que hacer justicia es la labor del Gobierno.
«Esta es una promesa a los mártires y a los heridos», remarcó el jefe del Ejecutivo.
Dijo que se harán públicos «los hechos respecto al peligroso almacén que existía desde 2014», sin ofrecer más detalles.
La explosión tuvo lugar en la tarde del martes en un almacén del puerto de Beirut, donde había «material altamente explosivo confiscado desde hacía años», según el director de la Seguridad General libanesa, Ibrahim Abbas.
La deflagración se sintió en toda la capital, sobre la que se elevó una nube en forma de hongo, un estallido y posteriormente columnas de humo de color blanco y rojizo.
La causa de la explosión todavía se desconoce.
Por otro lado, el primer ministro solicitó la ayuda de los países «amigos y hermanos» del Líbano, que atraviesa la peor crisis económica desde el final de la guerra civil (1975-1990).
El Ejecutivo declaró un día de luto nacional mañana, miércoles, por las víctimas, que se prevé que aumenten en las próximas horas.