A lo largo del ciclo menstrual la piel atraviesa por varios cambios que la hacen lucir más grasa, seca o sin luminosidad
Durante el ciclo menstrual, las mujeres suelen notar varios cambios en su piel, como sentirla más seca, opaca, luminosa o humectada. Esto sucede, porque al igual que el resto del cuerpo, la piel reacciona a los diferentes cambios hormonales que se desarrollan durante las etapas del ciclo.
En la fase folicular del ciclo, que es la que marca el inicio, se generan varios folículos y los estrógenos aumentan de a poco durante los días 12 y 14, preparándose para la ovulación. En esta etapa, y gracias a los altos niveles de estrógenos, la piel se encuentra bien hidratada, elástica y luminosa.
Cuando ocurre la ovulación, es decir durante la fase lútea, el folículo comienza a producir progesterona, y a la vez, continúa con su producción de estrógenos. Estos niveles de progesterona alcanzan su punto máximo luego del día 14 del ciclo, y es lo que se conoce como la etapa premenstrual. En ella, la piel se modifica y puede volverse más grasa y con tendencia a la aparición de granos o acné.
Durante la regla la piel vuelve a experimentar cambios y tiende a volverse más seca, debido a la disminución de estrógenos. Por otro lado, los granos o acné que aparecieron en la fase anterior, se mantienen hasta la culminación del período menstrual. Otra característica de la piel en esta etapa, es el alto nivel de sensibilidad, debido a las bajas hormonales.